sábado, 8 de agosto de 2009

Amores son sabor a palomitas…

Amores son sabor a palomitas…

Siempre me han encantado las comedias románticas. No lo sé explicar, pero me pasan cosas cada vez que Jennifer Aniston o Katherine Heighl se quedan con el hombre que aman o sufren episodios de vergüenza o pena en la búsqueda del amor. Lo sé, es triste tratar de revivir mi alicaída vida amorosa a través de estas chicas -que en la vida real poco deben saber de rechazos- pero no sé, una es sensible y punto.Enamorada

Y es que, la verdad, resulta mucho más fácil emocionarse o sentirse vulnerable cuando estás con un pote de helado viendo a Bridget Jones que cuando andas paseándote por la calle o carreteando con las amigas. Llámenme old fashion, pero siempre he creído que las historias de las películas románticas pueden ocurrir, y que es cosa de esperar un poco, de mirar con más atención y, lo más importante de todo, no perder las esperanzas.

Claro que no es fácil vivir la vida soñando despierta. Es que, cuando una sueña despierta, siempre cabe la posibilidad -casi certeza, más bien- de que termines chocando con un árbol o sacándote la mugre en medio de la calle. Y esa no es la idea. Ahora, la pregunta que deberíamos hacernos es la siguiente: ¿Qué tanto podemos creerle a las comedias románticas?

Es claro que el éxito de este género de pelis está en la idea de que una puede efectivamente sentirse la estrella. Obvio, porque la vida de toda chica debería ser homologable a un guión romántico y, tal como me dijo una amiga una vez, nos corresponde a nosotras transformarnos en las mejores protagonistas y que cada acontecimiento sea mágico y especial.

Es que, en lo que a comedias románticas se refiere, no a todas nos toca ser leading ladies. Sí… hay algunas condenadas a ser la mejor amiga, la bitch e incluso la que se queda en el fondo sin llamar la atención. ¿Y cómo saber qué rol te toca interpretar? Bueno, yo digo que es de pavas quedarse esperando que el destino te deje marcada de por vida, y si una es la encargada de escribir la historia, todo el rato hay que creerse el hoyo del queque.

Así que chicas, empiecen a moverse y a tomar el control de lo que ocurre en sus vidas. Si les gusta alguien, háblenle; si no quieren salir con tal o cual chico, mándenlo a volar… Y es que, si algo nos ha enseñado el cine, es que no es entretenido ni adrenalínico quedarte calladito calladito sin hacer nada.